El que quiere conocer
de la tierra la hermosura
que camine desde el mar
los Andes hasta su altura.
Y con mente observadora
pasa del mar a las nieves
verá cómo un cristal
bellezas que admirar debe.
De tus primeras miradas
a los valles y arenales
verás que bello descansa
el Ande en los litorales.
Porque con sus pies alcanza
el grande océano a los Andes
que en mares y acantilados
besa de espuma las blondas.
Es un precioso recreo
en su bajo litoral
más con sus ríos le da
un aspecto primordial.
Verás pueblos y campiñas
tan bellos, tan proveídos
vibrando en vida feliz
del supremo Dios servidos.
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