Tiembla la pampa y el terso lago
ante las furias del batallar,
sin ver a quienes la gran victoria
dará la gloria de triunfar.
Y los jinetes y los caballos
sin dura lucha cayendo están,
sangre a torrentes riegan el campo
aquellas furias de aquel desmán.
El ruido de armas y los gemidos
causando miedo dan compasión,
se oyen quejidos de los caídos
que alzan al cielo mucha oración.
Y entre el estruendo de esta batalla,
un viva España se oyó vibrar,
y aunque en retiro ya los patriotas
con desespero se ven luchar.
Clarín de España vibra victoria
ya con la gloria cantando va.
Ya Nacochea preso y herido
ya con gran pena perdido esttá.
Menguaba el orden del vencedor
pues ya libaba miel de victoria;
y con sorpresa vio de repente
que se esfumaba su cierta gloria.
Suárez se muestra por retaguardia
y a los íberos mata y arrolla,
ven los vencidos, vuelven al reto
cantando alegres son de victoria.
Crecen las ondas del lago Junín
y en sus riveras tiene esmeralda
Bolívar siembra su eterna palma
la que los siglos guardan sin fin.
¡Viva la Patria! sonó en los Andes,
vivan los libres, gritó el valor.
El cetro íbaro ya destrozado,
quedó enterrado, entre el dolor.
ante las furias del batallar,
sin ver a quienes la gran victoria
dará la gloria de triunfar.
Y los jinetes y los caballos
sin dura lucha cayendo están,
sangre a torrentes riegan el campo
aquellas furias de aquel desmán.
El ruido de armas y los gemidos
causando miedo dan compasión,
se oyen quejidos de los caídos
que alzan al cielo mucha oración.
Y entre el estruendo de esta batalla,
un viva España se oyó vibrar,
y aunque en retiro ya los patriotas
con desespero se ven luchar.
Clarín de España vibra victoria
ya con la gloria cantando va.
Ya Nacochea preso y herido
ya con gran pena perdido esttá.
Menguaba el orden del vencedor
pues ya libaba miel de victoria;
y con sorpresa vio de repente
que se esfumaba su cierta gloria.
Suárez se muestra por retaguardia
y a los íberos mata y arrolla,
ven los vencidos, vuelven al reto
cantando alegres son de victoria.
Crecen las ondas del lago Junín
y en sus riveras tiene esmeralda
Bolívar siembra su eterna palma
la que los siglos guardan sin fin.
¡Viva la Patria! sonó en los Andes,
vivan los libres, gritó el valor.
El cetro íbaro ya destrozado,
quedó enterrado, entre el dolor.
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