Las golondrinas entre la breñas,
hermosas, bellas suelen vivir
y en primavera forman bandadas
y unificadas se ven partir.

Entre los claustros de las escuelas,
feliz los niños en grata unión,
beben risueños los dulces aromas,
en vasos de ora la educación.

Con esperanzas, con alegrías
dulces porfías de la amistad,
viven pasando felices días
ebrios de dicha y fraternidad.

Bajo el amparo de una sonrisa
que exhala brisa disciplinal,
dignos maestros brindan almíbar
con ese afecto fiel paternal.

Hoy que alejarnos permite el caso,
un fuerte abrazo debe ligar
las armonías del alma pura
para acordarnos en el hogar.

Al separarnos entristecidos
agradecidos debemos ser
al que rigiendo nuestras acciones
con sus lecciones nos dió el saber.

Cuando lejos no encontremos
de nuestro claustro, bendito hogar,
suspiramos con la ternura
que nos tuvimos al estudiar.

Más al contacto de las ideas
cromas cadenas nos unirán,
y el gran claustro de nuestra patria
gozosos tiempos nos unirán

Mientras vivamos en este mundo
debemos amarnos con lealtad,
feliz cumpliendo nuestros deberes
a Dios la Patria y Humanidad.

¡Adiós mi escuela, risa de gloria
mi alma te nombra con emoción,
en tí principia mi cierta historia,
y es justo te ame de corazón.